domingo, 6 de julio de 2008

La economía de Cuba

la Economía de Cuba:
El gobierno cubano mantiene su adhesión a los principios socialistas por lo que el estado controla que la economía, sea controlada por el estado. La mayoría de los medios de producción pertenecen y son administrados por el gobierno cuba quien emplea alrededor de un 90% de la mano de obra. El empleo en el sector privado consiste mayormente en unos 200.000 agricultores privados con pequeñas parcelas y unos 100.000 "cuentapropistas" o trabajadores independientes.

Ya antes de la Revolución, la renta per cápita en paridad del poder adquisitivo de Cuba estaba por delante de varios países que tienen una renta superior en la actualidad. Luego de la Revolución, la economía de Cuba empeoró considerablemente y no regresó al nivel de 1958 hasta el año 1973. Hacia 1985 la renta per cápita estimada de Cuba superaba a la de otros países de su entorno geográfico como República Dominicana, Haití, El Salvador, Nicaragua y Honduras. Sin embargo la crisis del período 1989-93 le hizo perder posiciones. La economía cubana aún se está recuperando de una baja del producto interno bruto de al menos 35% entre los años 1989 y 1993, debido a la pérdida de los subsidios soviéticos. Con el objetivo de aliviar la crisis económica, en 1993 y 1994 el gobierno introdujo algunas reformas de orientación mercadista, entre ellas la apertura al turismo, el permiso a la inversión extranjera, la legalización del dólar y la autorización al empleo por cuenta propia en casi 150 profesiones. Estas medidas resultaron en un crecimiento económico moderado.

El gobierno mantiene un fuerte control sobre el pequeño sector privado a través de la regulación y los impuestos. Por ejemplo, los propietarios de un pequeño restaurante privado no pueden proveer asientos a más de 12 personas y sólo pueden ofrecerles empleo a sus familiares para que los ayuden en las tareas. Las tasas mensuales se deben pagar sin consideración alguna a los ingresos, y hay inspecciones frecuentes donde se imponen multas elevadas cuando se viola cualquiera de las múltiples normas del empleo por cuenta propia.

La situación económica de Cuba se ve negativamente afectada por los elevados precios que tiene que pagar a la hora de adquirir financiación extranjera. El gobierno cubano dejó de pagar la mayor parte de su deuda externa en 1986 y carece de acceso a los créditos de las instituciones financieras internacionales. como el Banco Mundial, lo cual significa que La Habana depende fuertemente en préstamos de corto plazo para financiar sus importaciones, principalmente de alimentos y combustible.

El embargo estadounidense afecta negativamente al comercio exterior cubano impidéndole acceder a productos estratégicos de ciertas empresas tanto estadounidenses, como finlandesas, japonesas y de otros países.

A mediados de los años 1990 el turismo superó al azúcar, desde antaño el principal sostén de la economía cubana, como fuente principal de divisas. La Habana dedica recursos importantes a la construcción de nuevas instalaciones turísticas y la renovación de estructuras históricas para el uso del sector turístico.

El azúcar, que ha sido el sostén económico de la isla durante casi toda su historia, atraviesa tiempos preocupantes. En 1989, la producción superaba los 8 millones de toneladas, pero para mediados de los años 90 había caído hasta llegar a alrededor de 3,5 millones de toneladas. Una combinación de variables, tales como los métodos ineficientes de la siembra y el cultivo, la administración mediocre, la escasez de repuestos y la mediocre infraestructura de transporte frenaron la recuperación de este sector. En junio de 2002 el gobierno anunció su propósito de llevar a cabo una "transformación amplia" de este sector en declinación. El plan propone igualar la producción azucarera con los precios mundiales y cerrar casi la mitad de los centrales azucareros, despidiendo a más de 100.000 trabajadores, quienes serían "readiestrados" en otras profesiones y recibirían empleos nuevos.



Para mantener la economía a flote, La Habana busca activamente la inversión extranjera, lo cual a menudo resulta en la formación de empresas conjuntas en las que el gobierno cubano posee la mitad del capital, así como contratos de administración de instalaciones turísticas o el financiamiento de la zafra. Un nuevo marco legal, dispuesto en 1995, les permite a los propietarios extranjeros tener mayoría en las empresas colectivas con el gobierno cubano. En la práctica, la mayoría propietaria extranjera en las empresas colectivas es casi inexistente. Hacia finales del 2000, operaban en Cuba casi 400 empresas conjuntas, lo cual representa inversiones, por parte de 46 países, de entre 42 y 45 mil millones de dólares, aunque prácticamente el 70% de las mismas no podrían considerarse inversiones extranjeras de acuerdo con el estándar internacional, ya que operan fuera del país. Gran parte de estas inversiones son préstamos o contratos de administración, suministros o servicios que, en las economías occidentales, normalmente no se consideran inversiones de capital.

Las remesas familiares de dinero desde el extranjero desempeñan un papel importante en las cuentas públicas de Cuba, y suponen entre 800 y 1.000 millones de dólares por año para una economía de 18.000 millones de dólares. La mayoría de las remesas provienen de familiares en Estados Unidos, a quienes la ley estadounidense permite enviar a la isla hasta 1.200 dólares cada año. Esto proporciona acceso a dólares a casi un 60% de la poblacción.


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