miércoles, 18 de agosto de 2010

Diez preguntas para repensar la economía

Diez preguntas para repensar la economía

Ocho economistas consultados por lanacion.com respondieron sobre por qué hay inflación y qué hacer con los jubilados, la pobreza, los subsidios y la deuda, entre otros temas


Luego de más de siete años de gestión kirchnerista y con las elecciones de 2011 cada vez más cerca, muchos aspectos del "modelo" económico oficial -que impactan de lleno en la vida cotidiana de los ciudadanos- continúan en discusión.

Por eso, lanacion.com consultó a ocho economistas de primer nivel para ampliar y buscar clarificar lo que hoy se debate en el país. Porqué hay inflación, qué hacer con los jubilados, cuántos pobres hay, qué subsidiar y si conviene volver a los mercados son sólo algunas de las preguntas para repensar la economía argentina.

1) ¿Por qué la Argentina es el país con mayor inflación de América latina detrás de Venezuela según las mediaciones no oficiales?
Con distintos énfasis y acentos, los economistas consultados indicaron que existen, al menos, cinco puntos fundamentales para explicar la fuerte suba de precios en el país: inseguridad jurídica que desalienta la inversión, política económica expansiva, política de tipo de cambio alto ("depreciación exagerada", afirmaron), descontrolada expansión monetaria, y un serio problema de expectativas. Las principales causas, según la mayoría, son el incremento del gasto público y la falta de inversión (en relación a la demanda).



"Falta un esquema antiinflacionario oficial explícito y orgánico, con metas de inflación hacia delante definidas y declinantes en el tiempo", indicó el economista justicialista Eduardo Luis Curia. "Esto es casi imposible sin un Indec creíble", agregó. ¿Cómo repercute esto en la sociedad? La gente, ante la expectativa de que la inflación continúe creciendo, opta por consumir y no por ahorrar, y esto echa más nafta al fuego.

2) ¿Cuántos pobres hay hoy en el país?


"La pobreza debe estar levemente por debajo del 30%", señaló el especialista de SEL Ernesto Kritz. Indicó además que hoy es difícil establecer cuál es el efecto neto de las políticas de transferencias (sobre todo la asignación universal) y la inflación (especialmente de alimentos). "Es probable que el impacto inicial de la asignación universal haya permitido una baja de la indigencia de hasta dos puntos. Esto se diluyó por el aumento de la canasta básica", calculó. "Lo que importa es cómo evoluciona la pobreza en el tiempo y, aparentemente, todavía no estamos en los niveles (más bajos) de principios de los 90", explicó, en tanto, el economista de la Universidad Di Tella (UTDT), Lucas Llach. Para Curia la pobreza llega a un 22%, cifra muy superior a la que muestra el Indec. "La pobreza debe estar levemente por debajo del 30%", dijo Kritz.
"El exitoso modelo competitivo productivo de 2003-2007, fue, muy ayudado por la gran creación de empleo, un notable reductor de la pobreza. Pero, luego, el fenómeno se fue revirtiendo", indicó el justicialista. El economista de Prefinex, Osvaldo Cado, afirmó que la pobreza afecta a un 30% de los argentinos, pero alertó por una situación más opaca. "Lo preocupante es el aumento de la pobreza estructural. Allí se cuentan a aquellos que viven en villas de emergencia y no a los que circunstancialmente han entrado en dicha categoría por la pérdida de empleo o algún otro fenómeno coyuntural", dijo.

3) ¿Es la Argentina un país justo en cuanto a la distribución de la riqueza?


"No". "Está estancada". "Menos que en el pasado" o "más que algunos países emergentes y algunos de la región". Estas son las principales respuestas en relación a la evolución de cómo se distribuye la riqueza. "La respuesta depende de contra qué se la compare", esgrimió Mario Brodersohn, director de Econométrica. "En relación al pasado, la respuesta es claramente no: en los últimos 35 años, y en un contexto de altísima volatilidad macro, la desigualdad en la distribución de los ingresos se ha más que triplicado", agregó. Kritz también opinó negativamente: "Las políticas sociales como la asignación universal no modifican prácticamente nada la distribución. Son sólo el 5% de los ingresos de los hogares provenientes de fuentes públicas y 2% del total de ingresos de los hogares. La moratoria previsional tampoco modificó este cuadro", explicó. "Todo los indicadores sociales mejoraron con el crecimiento económico, del empleo y la mayor presencia del Estado en la distribución del ingreso vía planes sociales", estimó Gastón Rossi de LCG. "No obstante ello, desde 2008 los indicadores sociales reflejan un relativo estancamiento. El mayor problema es que el 35 % de la fuerza laboral son trabajadores en negro". Para Llach, la Argentina es "menos igualitaria que antes, que todos los países ricos, un poco más justo que la mayoría de América latina y mucho más justo que las economías de moda (Brasil, India, China)".

4) ¿Cuánto deben ganar los jubilados?

Las flacas cuentas públicas restringen la aplicación del 82% móvil, según los economistas. Es por eso que Curia llama a la propuesta de la oposición "una pícara corrida" en el Congreso. En ese sentido, algunos de los expertos hablan que los jubilados deben ganar "lo suficiente para vivir dignamente" y hasta varios sugieren un "aporte mínimo" que los saque de la pobreza. "La discusión no se puede dar en abstracto sino en el marco del esquema previsional y del gasto público en general", indicó Rossi. "Hoy las cuentas públicas parten de un déficit y subir los impuestos o las contribuciones patronales no pareciera ser el mejor camino. Si ese es el objetivo, sólo queda la resignación de partidas en el gasto público, con foco en los subsidios a la energía", indicó Brodersohn, quien sí ve posible el 82%. Curia, que dijo que su viabilidad depende de una "fenomenal reasignación" de recursos y con serios riesgos de "incumplimiento", se mostró de acuerdo con una "mejora paulatina", similar a la que aplica el Gobierno actualmente. Llach y Cado coinciden en un aporte universal. "Se crea un sistema estatal que garantiza un mínimo universal ajustable, no por coeficientes de salarios (productividad), sino por inflación", explicó el segundo. En tanto, Kritz es el más pesimista. "Si la moratoria [previsional] se hubiera focalizado en los tres deciles más pobres, quedarían [liberados] unos $15.000 millones -que hoy financian a los jubilados por moratoria no pobres- para elevar el haber mínimo al 82% del salario mínimo. Como por derechos adquiridos no es posible modificar este cuadro de desigualdad, y el Estado no puede prescindir del Anses para financiarse, los jubilados seguirán con ingresos extremadamente bajos", opinó.

5) ¿Cómo es el sistema tributario en la Argentina (regresivo o progresivo)?

Para la mayoría de los expertos es fuertemente regresivo, aunque algunos matizan su respuesta. Otros como Rossi y Llach afirman, en tanto, que es levemente progresivo. "Nuestro sistema tributario es de alta complejidad y gran parte se basa en impuestos distorsivos, que son regresivos", explicó el economista de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Ernesto Ambrosetti. "Es manifiestamente regresivo", concordó Kritz. "El aumento en la presión tributaria en la Argentina de más de diez puntos porcentuales del PBI en la última década convive con un aumento en la participación relativa de los impuestos directos (ganancias, retenciones, etc..) y con una menor incidencia relativa del IVA, de por sí uno de los impuestos más regresivos.



De todos modos, el IVA sigue representando casi 30% de la carga tributaria lo que hace que el esquema tributario siga siendo regresivo", comentó Marina Dal Poggetto del estudio Bein. Brodersohn y Curia opinaron de manera similar. "En términos generales uno podría decir que es regresivo", indicó Cado. "Pero hay que tener en cuenta que el sistema tributario no puede evaluarse sin hacer también un análisis del gasto. Así la regresividad y progresividad del sistema dependerá del perfil distributivo de las erogaciones públicas. En este sentido, el talón de Aquiles de la política fiscal actual son los subsidios", matizó. "Podemos decir que es (levemente) progresivo", señaló Rossi. Marcó, no obstante, la fuerte presión del IVA, la baja recaudación de Ganancias y la gran evasión existente. "Es progresivo, pero mucho menos de lo que debería. Una de las principales injusticias es entre aquellos que pagan y aquellos que no pagan, teniendo los mismos ingresos. Un avance -no sin retrocesos- ha sido la gradual disminución del valor real del mínimo no imponible (Ganancias)", estimó Llach.

6) Es la calidad institucional una variable importante para la economía ?

"Si", coincidieron todos los consultados. "La Argentina es un claro ejemplo al respecto. Sólo así se puede explicar que, pese a tener un balance macroeconómico favorable, el costo del endeudamiento argentino triplique al brasileño o al uruguayo", afirmó Rossi y puso como ejemplo el "descrédito del Indec" y la "estatización intempestiva AFJP". Brodersohn sumó también "la vigencia de los superpoderes". Para Curia es importante para generar una "previsibilidad básica". "Sólo así se puede explicar que el costo del endeudamiento argentino triplique al brasileño o al uruguayo", dijo Rossi.
"La mitad de las empresas declaran que por la incertidumbre política y la baja calidad institucional invierten menos de lo que indica su potencial de negocios. Sino postergan la ejecución de planes aprobados o cancelan el análisis de nuevos proyectos", relató Kritz. Con esto último coincidió Dal Poggetto.

7) ¿Es eficiente el gasto público hoy en día?


Brodersohn ejemplificó su respuesta. "Hoy un hogar paga el gas al 30% del precio internacional. La diferencia es un costo que cubre el Estado en muchos casos en forma innecesaria. El Gobierno gasta en subsidios energéticos poco más de $30.000 millones distorsionando los precios que afecta la inversión privada y promueve su consumo todo a expensas del futuro y la posición fiscal", dijo. Ambrosetti es más duro: "No. No es eficiente, ni eficaz, ni económico, y estamos con el gasto público más alto de la historia. Basta sólo mirar el sistema de educación, salud, seguridad e infraestructura", señaló. En tanto, Curia habló de "cierta ineficiencia en la asignación dinámica global de recursos". La visión de Llach es más sistémica. "Que yo recuerde, nunca el gasto fue eficiente. Mi impresión es que cuanto mayor sea el margen de decisión de las diferentes burocracias, menos eficiente es el gasto. Seguramente es muchísimo más eficiente la Asignación Universal por Hijo que el gasto en Canal 7", estimó.

8) ¿Qué debe subsidiar el Estado?


En general, los especialistas piensan que se deben eliminar progresivamente los subsidios que favorecen a los sectores de ingresos medio altos y altos, y deben orientarse directamente a los pobres. Llach propone apuntar a los niños, las personas bajo la línea de pobreza, y actividades que generan beneficios sociales, como el transporte público que disminuye la contaminación. "Claro que esto implica programas universales que dejen de lado el clientelismo", señaló Dal Poggetto.



"El papel central del gasto público es distribuir la riqueza en la economía. En tal sentido, los subsidios deben ser directos y focalizados para quien efectivamente lo necesita", completó Brodershon. "El gas es el ejemplo más patente de esta grosera inequidad: basta comparar lo que paga un consumidor de altos ingresos con un usuario de garrafa", cerró Rossi.

9) ¿Cuánto debe crecer la economía para no generar inflación?

"La teoría económica indica que la tasa de inversión es la que pone el techo a la tasa de crecimiento de una economía. China crece fuerte por su alto nivel de ahorro e inversión hace décadas. La Argentina crece a un ritmo cercano pero sin tener esa tasa de ahorro e inversión china y la inflación es la consecuencia", explicó Brodershon. Para Rossi, en tanto, la inflación actual no es un "subproducto" del crecimiento económico. "De hecho, pese a que en 2009 la economía cayó un 3% la inflación fue del 15%", sostuvo. Sin embargo, hay otros economistas que le ponen un número a la discusión. "Con el stock productivo actual, el producto potencial no es mucho mayor a 5%. Este sería un buen ritmo", indicó Kritz.

10) ¿Por qué el Estado necesita volver a los mercados voluntarios de crédito?

"Todos los países serios del mundo refinancian los vencimientos de capital de sus deudas. En el caso argentino, esto permitiría dejar de apelar a fuentes de financiamiento heterodoxas no sostenibles en el tiempo (uso de reservas, superávit cuasifiscal del Banco Central, adelantos transitorios, emisión monetaria, la Anses)", dijo Rossi. Kritz coincidió con el diagnóstico. En tanto, Ambrosetti y Brodersohn afirmaron además que sería una herramienta para "regenerar" la confianza. "Un Estado en default, es un Estado cuyas tasas internas y externas de financiamiento son altas. Esto se traslada inevitablemente al sector privado a través de tasas de corte más altas, traduciéndose en menor inversión local y extranjera", comentó Cado.

Fuente: La nación

Por Francisco Jueguen
De la Redacción de lanacion.com
fjueguen@lanacion.com.ar
@fjueguen

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