Londres, el mayor paraíso fiscal
Londre ses la cabeza de una
verdadera telaraña de paraísos financieros
extraterritoriales situados
en colonias o ex colonias de la Corona. La City
canaliza el 55% de los
depósitos offshore del mundo, según una investigación.
el marco de su presidencia del Grupo de los Ocho en el 2013. En apoyo de esta c
ruzada, el primer ministro británico destaca la reciente firma de un intercambio de
datos fiscales entre el Reino Unido, por un lado, Suiza, las islas anglo-normandas
y la Isla de Man, por el otro.
Pero en la realidad, la City puede ser considerada como el más grande
paraíso fiscal del mundo. La primera plaza financiera de Europa es, por cierto,
una plaza financiera “onshore” (localizada). Pero se halla en el centro de una tela
de araña de paraísos fiscales “offshore” (extraterritoriales), territorios de la Corona
o ex colonias, con nombres que se convirtieron en sinónimos en la historia de las
finanzas en las sombras: Islas Caimán, islas anglo-normandas, Isla de Man, Islas
Vírgenes británicas, Gibraltar, las Bermudas, Hong Kong, Irlanda, Dubai…
Lugares que sirven además como molinetes de capitales que aprovisionan al polo
londinense de activos líquidos. El dinero recolectado es manejado por las entidades
financieras instaladas en la capital británica.
Gracias a sus centros offshore de tránsito, la City pudo beneficiarse con los
petrodólares de Cercano Oriente, así como con los fondos de oligarcas rusos,
de armadores griegos, de empresarios indios y chinos, o, más recientemente, de
los ricos del sur de Europa que huyen de la crisis del euro.
Para proteger su preeminencia en las finanzas offshore, la City cuenta con tres
ventajas clave. Primero, el formidable poder de la City of London Corporation,
la autoridad administrativa de la City. El poderío de ese Estado dentro del Estado,
autónomo frente al gobierno central, está a la altura de su fortuna y de sus contactos.
Luego, la City puede contar con la experiencia de un ejército de abogados y contadores
para elaborar las estructuras financieras offshore que protegen el dinero del alcance
del fisco.
Con la ayuda de esa red, la gestión alternativa –hedge funds (fondos especulativos),
capital de riesgo y demás–, cuyo centro en el continente europeo es Londres,
dispone de entidades adecuadas, llamadas vehículos especiales de inversión,
cáscaras vacías que permiten minimizar el impuesto.
La constitución de otra especialidad británica, los trusts, estructuras cuyo beneficiario
es desconocido, administrados por un estudio jurídico o de auditoría ubicado en un
paraíso fiscal, borra las pistas permitiendo disimular los activos. Jersey, Guernesey y
las Islas Caimán son el reino de esas entidades a la vez legales, virtuales e impenetrables.
Finalmente, los paraísos fiscales británicos pueden contar con la discreción de la
prensa londinense.
Fuente: Clarín
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