martes, 10 de agosto de 2010

LAS GANAS DE CONOCER LAS PIRÁMIDES DE EGIPTO

Contaré una experiencia de mi viajera juventud, con escaso presupuesto y mochila a cuesta.
Prácticamente copio mis anotaciones de viaje de aquella época, sin agregar nada, sí resumiéndolo.
Llegamos con Marcelo a Atenas el 8 de julio de 1987; recién llegados vemos en la vidriera de una agencia de viajes un cartel ofreciendo tres días de alojamiento en Egipto y traslado aeropuerto- hotel y viceversa por menos de U$S 100. Marcelo sugiere entrar a preguntar por la oferta que es muy tentadora pero me niego rotundamente pues nos sacaría del presupuesto de nuestra “pequeña vuelta a un cuarto de mundo en 80 días”. Ante su insistencia entramos: creo que fue un acto iluminado de su parte. La señora que nos atiende luego de una larga charla tratando de convencernos de las ventajas de su oferta, nos explica de la importancia de tener pago el viaje del aeropuerto al hotel ya que de este modo no tendrías que cambiar los U$S 150 por persona, no convertibles a la salida, obligatorios para poder ingresar al país. Miramos las visas para Egipto en nuestro pasaporte y efectivamente, allí consta esto. No recordamos si no lo habíamos leído cuando las obtuvimoso o si no lo habíamos tomado en serio.
En función de los escasos recursos monetarios para este viaje, y el sistema de extracción de dinero del banco con que contábamos, nos asusta pensar que no son convertibles, dada nuestra mala experiencia en este sentido en Hungría y la ex Yugoslavia. Salimos cabizbajos de la agencia de turismo pues no creemos poder afrontar este viaje. A pesar de todo, no desistimos de conocer las pirámides de Egipto, amén que poco tiempo antes, al regresar de este país dos matrimonios reconquistenses; Ady y Elmer Fabrissin y los Romero nos comentaron lo caro, muy caro- que estaba viajar por Egipto.
Seguimos caminando sin rumbo; incursionamos en unas diez agencias de viajes, consultando dónde podríamos comprar un boleto de ferry para regresar de Haifa, Israel, luego de recorrer Egipto y éste último país. Había obtenido la información de la existencia de tal ferry vía embajadas e investigación “a sangre” porque esto obviamente, era mucho antes de la era de internet. Entramos finalmente a una agencia muy pequeña, y nos reiteran lo peligroso de pretender entrar a Egipto sin los U$S 150 dólares por persona. Debido a la insistencia de Marcelo para que le pregunte nuevamente a este dependiente la fecha de salida del próximo barco a Egipto (yo no quería porque sabía que el próximo partía recién el 15 de julio). Finalmente hago la pregunta, y a raíz de ello, esta persona nos dice que tiene un viaje de tres días a Egipto por 6.000 dracmas, en lugar delas 10.400 que era la oferta más barata conseguida hasta el momento.
Nos vamos hasta una plaza a hacer números y más números y DECIDIMOS TOMAR LA OFERTA. Según nos informaron en la agencia los dos pasajes en bus desde el Cairo hasta Tel- Aviv en Israel, nos costaría U$S 100. Luego de esta compra nos quedaría solo U$S 29 para 15 días. UNA VERDADERA LOCURA. Pero después de Grecia: a Egipto íbamos.

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